Las fuentes puntuales y no puntuales de contaminación influyen directamente en la calidad del agua de los reservorios del planeta. Unos niveles altos de concentración de clorofila-a son indicadores de eutroficación, razón por la cual su monitoreo con metodologías alternativas de menor costo se convierte en una herramienta fundamental para alcanzar dicho objetivo, más aún cuando el humedal Ramsar empieza a tener síntomas de condiciones mesotróficas en sectores y periodos específicos. La metodología presentada se basa en la correlación entre clorofila-a (Cl-a) in situ y niveles de reflectancia extraída del análisis de imágenes satelitales. Se encontró una correlación con la combinación de bandas b2, b3, b4, b5 y b7 y se evidenció la variación espacial de Cla-a, así como valores altos en los años 2018 y 2020 en zonas de Mojondinoy, El Naranjal, Santa Teresita y Santa Lucía.