En la vida del sacerdote, en su labor pastoral, se integran algunos sentimientos como la soledad y la búsqueda del afecto humano que, en múltiples circunstancias, le obligan a dejar el ministerio. En ocasiones, algunos viven sin resolver su situación jurídica, ya sea porque no piden el debido proceso y orientación o porque desconocen el recurso de la Dispensa de sus obligaciones, por la pérdida del Estado Clerical y el abandono de su Ministerio Sacerdotal.