Este artículo teoriza sobre sobre el potencial que tienen los lugares y museos de la memoria en la formación de sujetos a partir de sus oferentes sensitivos, vinculando la construcción de memoria histórica a las disposiciones sensitivas del tacto, el oído, la vista, el olfato y el gusto. Para ello, se caracterizan los lugares y museos de memoria y se describe su dimensión pedagógica. Posteriormente, se analizan los oferentes sensitivos de estos espacios y se explica la función de los sentidos en la concreción de disposiciones en los visitantes. Estas disposiciones son necesarias para lograr una interpelación que haga posible hacerse cargo de las víctimas del conflicto y permita la construcción responsable de la memoria sobre los hechos ocurridos. Por último, se proponen unos lineamientos para planificar laboratorios pedagógicos de los sentidos en lugares y museos de la memoria, de tal forma que se puedan utilizar los oferentes sensitivos de estos espacios en una interpelación que permita la construcción de memoria.
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Memory, violence, and history
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FuenteCalle 14 revista de investigación en el campo del arte