En este artículo, se abordará una crítica al rezago en el que se encuentran las normas procedimentales laborales. Se utilizarán como ejemplo tres figuras: las notificaciones, la impugnabilidad del auto que resuelve sobre el mandamiento de pago y las alegaciones en segunda instancia. Esto para dejar entrever el cambio de filosofía que se requiere para que instituciones como la sentencia anticipada puedan implementarse, justificando, además, que al aceptar la tesis propuesta se propende por materializar los derechos sustanciales de quienes acuden al aparato judicial, especialmente los trabajadores. Así, también se permite cumplir con el fin del nuevo proceso, el cual es la descongestión.