Luego de la pandemia, nos enfrentamos ahora al poscovid-19, un período cargado de retos, desafíos y oportunidades. La crisis causada por la COVID-19 trajo consecuencia en diferentes áreas de la sociedad y la economía global. Las profesiones no resultaron ilesas ante este panorama. La pandemia puso de manifiesto la necesidad de invertir en enfermería para la seguridad sanitaria y económica mundial. El contexto actual y la mayor comprensión del estado de la enfermería en el mundo, brindan lecciones que invitan a considerar el papel de la enfermería y la forma que la profesión debería tomar en el futuro. Se requerirá, por lo tanto, de un liderazgo fuerte en enfermería, con compromiso para afrontar las carencias políticas, económicas y sociales que la pandemia ha puesto al descubierto y para hacer realidad la visión de un sistema de salud transformado, incluyente, justo, equitativo y diverso. El ritmo acelerado del cambio solo se puede manejar si se acompaña de líderes que puedan comprender el contexto actual para crear e implementar ideas innovadoras. Lograr ese liderazgo en enfermería permitiría el desarrollo de una prestación de servicios centrada en el paciente, la familia y los cuidadores, la creación de lugares de trabajo saludables, la garantía de niveles óptimos de satisfacción laboral, el bienestar entre los colegas y una clave para impulsar el cambio cultural, un elemento importante para garantizar una atención en salud de alta calidad y desde una perspectiva global.