secuestrar a tres niños y aun de la muerte de uno de ellos, que durante el juicio al que debió enfrentarse se cubrió el rostro con una carpeta azul.Se trata de una primera imagen que le permite a Domínguez apuntar a una relación que será central en todo el texto -la que se establece entre el rostro y la mirada-y también a interrogarse por primera vez sobre los posibles sentidos que alberga un rostro tapado, que no se deja ver.En efecto, este no es solo un libro sobre los rostros, sino también uno sobre la mirada y, entonces, sobre los vínculos entre las personas.