Los nuevos paradigmas favorecen una concepción plural, polivocal y emergente de la ciencia, la cultura y las relaciones interpersonales, co-constituida mediante nuestras acciones comunicativas. En esta perspectiva cobran importancia los procesos generativos, el diálogo, la ética y la ecología social.El artículo propone al diálogo como metateoría que se centra en la exploración activa de las zonas de contacto y los enlaces como nuevos territorios del diálogo, en la creación de posibilidades y su puesta en circulación. El diálogo se interesa y busca articulaciones entre las múltiples voces involucradas conformando redes de diálogos, que son componentes significativos del círculo de conocimiento y la construcción social que lo acompaña. Una buena parte de nuestra habilidad para permanecer receptivos y abiertos con relación a otros –este otro puede ser una realidad física, una investigación, datos producidos por un experimento, otra/s persona/s, una organización o una comunidad– emerge de nuestra conciencia reflexiva, de la multiplicidad de diálogos en que estamos involucrados y de nuestra participación en los procesos en que estas realidades se “co-construyen” en nuestra experiencia.