El estado actual de la economía es resultado de una serie de rupturas y cambios de paradigma. A lo largo de la historia del pensamiento económico han existido varias corrientes que adquirieron la condición de dominantes, pero todas ellas fueron sustituidas por visiones “alternativas” en medio de grandes cambios y convulsiones sociales (la Primera Revolución Industrial, la Gran Depresión, la Crisis del Petróleo), ante la incapacidad de explicar fenómenos ajenos a su contexto natural (aquel en que fueron postuladas inicialmente), siendo desplazadas por aquellas vertientes del pensamiento que dieron respuestas plausibles a dichos fenómenos, para años más tarde repetir el proceso y caer en la misma incapacidad de dar respuestas satisfactorias a los fenómenos sociales.