Tras exponer los argumentos a favor y en contra de incluir los casos más graves de corrupción dentro de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, se propone una estrategia realista para prevenir su impunidad. En primer lugar, se presentan los problemas que suscita la propia conceptuación de la “gran corrupción”, así como su tipificación legal como crimen internacional. A continuación, se hace una breve exposición de las debilidades de las teorías que entienden que, los casos de gran corrupción constituyen crímenes de lesa humanidad. Finalmente se expone la estrategia que se entiende más idónea para el propósito se persigue. Que consiste en incluir los factores que caracterizan a la gran corrupción entre los criterios esenciales a tener en cuenta para afirmar la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, respecto de situaciones o casos específicos, y para determinar la pena a imponer a los culpables de tales crímenes.