Haití ha sido catalogado como un Estado «fallido», lo cual sumadoa diversas coyunturas internacionales ha abierto una serie de intervencionespor parte de actores internacionales que enmarcan en elterritorio, una necesidad de acompañamiento y dirección en sus funcionespor parte de sectores internacionales, que, mediante su acciónno solo desdibujan la soberanía constituida, sino que también des dibuja factores relacionados a las responsabilidades político-socialesque pasan a ser compartidas por personajes y organismos de carácter internacional, generando así, una evolución en las relaciones de dependencia, que, explicadas mediante el concepto de soberanía híbrida, lejos de crear las condiciones para una futuro autónomo, han aumentado los escenarios de violencia y de polarización en Haití