Combinar estas tres epistemes para un trabajo escénico no solamente fue fácil: también fue muy placentero y beligerante. El conocimiento que ha producido nuestro continente desde las luchas independentistas hasta nuestros días no solo ha tenido que renovarse una y otra vez, sino que en cada actualización ha profundizado en los saberes que nutren nuestras historias (y las universales también), que nos dan un lugar en este planeta en términos geopolíticos, culturales y referenciales.