Existe una abundante evidencia empírica sobre la relación negativa entre el esfuerzo de bienestar y la pobreza. Sin embargo, los indicadores de pobreza tradicionalmente utilizados han sido representativos del enfoque monetarista, excluyendo del análisis su realidad multidimensional. Utilizando tres técnicas de regresión para el periodo 1990 2010 y controlando por factores demográficos y cíclicos, en este trabajo se ha evaluado la relación entre esfuerzo de bienestar en términos de gasto social per cápita y la pobreza en 21 países de la región. Para medir la pobreza desde el enfoque monetarista se han considerado dos indicadores: la proporción de población con ingresos inferiores a la canasta básica de alimentos y servicios (PM1) y la proporción de población con ingresos inferiores al 50% de la mediana de ingresos per cápita (PM2). Desde el enfoque de capacidades se ha valorado la proporción de población con insuficiencia alimentaria (PC1) y la proporción de la población sin acceso a agua potable ni servicio de saneamiento (PC2). Los resultados confirman que el gasto social es útil para explicar los cambios en la pobreza (PM1, PC1 y PC2), ya que existe una alta correlación negativa y significativa entre las variables antes y después de controlar para factores demográficos y cíclicos. En dos de las técnicas de regresión el gasto social per cápita no presentó una relación negativa con la variable PM2. Por último, el gasto social per cápita fue el más útil para explicar los cambios en la pobreza desde el enfoque de capacidades.