Al hilo de la obra del cardenal John Henry Newman, notable miembro del Movimiento de Oxford, reflexionamos sobre la misión de la universidad, cuya labor primordial no ha de ser ni la profesionalización ni la capacitación para el trabajo, sino la formación intelectual, para que la comunidad universitaria esté en capacidad de crecer personalmente y transformar la realidad y la sociedad. Cumplida esta primera fase revisamos las transformaciones antropológicas y socioculturales que se vienen dando en la tardomodernidad, para pasar a mostrar la necesidad de una conversión personal y social que ha de pasar por el encuentro del hombre consigo mismo, con los otros y con Dios.