Regreso a la revista La Palabra como editor después de 5 años de estar fuera de la universidad. He de
 confesar que muchas veces creí que para mí esa era una etapa superada y que no volvería a esta labor.
 Sin embargo, las necesidades de la universidad y la revista me motivaron a aceptar nuevamente este
 trabajo.
 En el año 2011 cuando llegué a la revista propuse su reactivación y desde entonces la revista está
 vigente, ha crecido y se ha hecho independiente. Los procesos de recepción de artículos, de evaluación
 por pares y de publicación son autónomos y se ejecutan de manera eficiente. El trabajo hecho en los
 primeros años, las indexaciones, los números editados que permitieron su indexación en diversas bases
 de datos e índices, permitieron que la revista llegue a donde se encuentra hoy, a saber, su consolidación
 como una revista internacional de literatura.