El estudio de la relación entre la cultura material y el lenguaje tiene una larga tradición, desde los avances en el campo de la evolución de la cultura hasta los hallazgos de las ciencias cognitivas. Las recientes conclusiones de estos estudios se inclinan por la diversidad lingüística y la lingüística evolutiva desestimando el rol de los universales. Este artículo explora el papel de los artefactos en la constitución de patrones universales, proponiendo que dentro de la evidente diversidad cultural –y del lenguaje– aún es válido considerar los universales sin contradecir los nuevos paradigmas de las semióticas cognitivas. Esta idea está soportada en la tesis de una ontología relacional entre los artefactos y el lenguaje.