El reto verdadero para los profesores de filosofía no es dar grandes cantidades de contenido a nuestrosestudiantes, ni enseñar las teorías abstrusas y oscuras. Nuestro reto es mantenerlos despiertos en clase, atentos alo que la filosofía puede decirles para sus vidas, y evitar hacer de la filosofía algo tan lejano y aburrido que nadie,además de nosotros mismos, decida aproximarse a ella.