El ser humano siempre ha estado en la constante búsqueda de sentido y preguntándose por su existencia. El hombre moderno además de encontrase en esa búsqueda, también se halla permeado por la angustia constante, está sometido a la cosificación de sí mismo, la hiper-conectividad, el consumismo, la incertidumbre y la inmediatez, lo cual lo conduce de manera casi inminente al aburrimiento y el tedio, es decir, a la frustración existencial, llevándolo a enfrentarse con sus pseudo-satisfactores y dejándolo de cara ante el vacío de su propia existencia y el cuestionamiento: ¿para qué estoy en el mundo?
Tópico:
Philosophical Thought and Analysis
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FuentePoiésis: Revista Electrónica de Psicología Social