Hay evidencia creciente de una desregulación del sistema inmune asociada a la infección por SARS-CoV-2, que se relaciona directamente con la severidad y la mortalidad por COVID-19.Niveles elevados de interleucinas, en especial IL-6, IL-1 y factor de necrosis tumoral alfa, disminuyen la actividad antiviral de interferón gamma e inducen un descenso en el recuento de linfocitos T y un estado de agotamiento inmune que lleva al deterioro clínico observado en estos pacientes.Este evento fisiopatológico ha sido llamado tormenta de citoquinas y resulta común a otras entidades como la linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria y el síndrome de activación macrofágica, visto en enfermedades autoinmunes.No hay criterios diagnósticos específicos para este síndrome de liberación de citoquinas asociado con COVID-19.Estos hallazgos abren la puerta a la utilización de tratamiento inmunomodulador, en especial a la terapia dirigida contra citoquinas, pero se requieren estudios clínicos que establezcan claramente la relación de riesgo y beneficio.