El linfoma testicular primario es una neoplasia poco común y agresiva, con una edad media de diagnóstico entre 66 y 68 años, corresponde a la neoplasia testicular primaria más común en mayores de 60 años y usualmente el compromiso es bilateral. En cambio, el linfoma testicular secundario es mucho más común e incluye las recaídas extranodales después de quimioterapia y manifestaciones primarias de enfermedad sistémica desconocida. Las características imagenológicas del linfoma testicular son secundarias a un patrón infiltrativo no destructivo visto en los análisis histopatológicos, a su vez, reflejado en sus manifestaciones ecográficas. Se presenta una serie de casos con diagnóstico confirmado de linfoma testicular, para describir los hallazgos más frecuentes encontrados por ultrasonografía en modo B, Doppler color y espectral.