La población pediátrica es, de lejos, la más afectada por las lesiones del cuarto (IV) ventrículo. La gran mayoría presentan un patrón radiológico similar; actualmente, con las secuencias de difusión, espectroscopia y mapas de ADC, se puede inferir la compatibilidad de los hallazgos visualizados con alguna de las patologías que se revisarán en el presente trabajo.