Este artículo de reflexión aborda el estado de inseguridad desplegado por el Estado neoliberal en Colombia, a partir de una experiencia de conflicto social contemporáneo enmarcado en la jornada de protestas que estallaron en Bogotá en noviembre de 2019 y su relación con la crisis migratoria de Venezuela. El corpus de este análisis está conformado por publicaciones —videos, comentarios, fotos y noticias— que circularon en el grupo público de Facebook Arriendos Bogotá durante los días 21 y 22 de noviembre, cuyo contenido referencia a las protestas o desmanes presentados y que señala como responsables a los migrantes venezolanos. De esta manera, la finalidad de este artículo es problematizar estos actos comunicativos para abordarlos como actos performativos de poder político y económico que producen y reproducen un régimen de precarización de la vida. El análisis se hará en torno a los planteamientos de Isabell Lorey y Judith Butler para comprender cómo se construye de manera performativa —a través de registros visuales— el cuerpo y el rostro de un precario, siendo este una reproducción de una amenaza y desestabilización de un otro que se configura como amenazado desde la perspectiva del orden y la seguridad nacional, para al final mostrarlo como un enemigo que debe eliminarse o por ser ese exceso no gobernable.