Hoy día la ciencia ha demostrado que el cambio climático presentado recientemente es debido al calentamiento global producido por la acción del ser humano desde el período industrial. Esta situación plantea desafíos que deben ser resueltos desde el trabajo conjunto de diferentes actores de distintas disciplinas. Por su parte, la innovación social abarca un propósito general de hacer del mundo un lugar mejor en diferentes campos y para todas las personas de manera equitativa. Esta perspectiva más incluyente, participativa y crítica se considera un modelo pertinente para abordar una problemática compleja y multidimensional como la del cambio climático. Teniendo en cuenta lo anterior, la Facultad de Ciencias Empresariales, en el marco del Bosque Modelo Risaralda (BMR) y en un trabajo conjunto con el programa Erasmus+ de la Unión Europea, se encuentra desarrollando el proyecto ClimateLabs, el cual busca fortalecer las capacidades en innovación e investigación de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) a través del diseño de un laboratorio de innovación social para hacer frente a la problemática de cambio climático desde un enfoque de género: Living Lab UTP. El Design Thinking fue la metodología base para el diseño del laboratorio a través de cinco etapas, tales como: Empatizar, Definir, Idear, Prototipar y Testear. Dichas etapas permitieron identificar las capacidades internas de la universidad y desafíos del territorio en cuanto a cambio climático y perspectiva de género, también permitieron reconocer las líneas de acción iniciales del laboratorio, llevar a cabo su incubación y desarrollar dos prototipos iníciales para testear la propuesta de diseño realizada. Este laboratorio de innovación social se propone como una plataforma de diálogo y acción donde comunidad, instituciones y academia trabajan de manera colaborativa, con especial atención en problemas ambientales y sociales, puntualmente aquellos relacionados con cambio climático e inequidad de género en Risaralda. Por un lado, el Living Lab UTP servirá para conectar el aprendizaje de estudiantes con las necesidades y retos del territorio; por otro, se visualiza como una estrategia para articular el conocimiento académico y ancestral en pro del desarrollo e implementación de soluciones eficientes a este tipo de problemas de carácter sistémico y complejo.