Jugando con DuchampLa relación es prácticamente automática, cuando se menciona a Duchamp su nombre nos viene a la cabeza junto con el urinario dado vueltas en el espacio del museo moderno, o uno podría decir los urinarios, en plural, que, a partir de Duchamp, se han reproducido en múltiples "obras de arte" adueñándose y domando la irreverencia del artista francés, desauratizando completamente el gesto duchampiano que pretendía, a su vez, desauratizar el arte burgués.Duchamp, para los principales textos de historia del arte, pero también para las principales composiciones de imagen de los anuncios publicitarios, supone el origen del quiebre con las normas estatuidas de la representación decimonónica.Es, por un lado, quien anticipa prácticamente todas las formas artísticas que en las sucesivas vanguardias políticas adoptan nombres tales como "instalación", "escultura cinética", "arte de sitio especíco", "arte corporal", "conceptualismo", "arte proyectual", "arte participativo".Pero, igualmente, se puede pensar a Duchamp y su carácter más "destructivo" con respecto a los modos de producción capitalista, como origen del trabajo artístico totalmente desregulado.