El artículo hace un balance de la propuesta de la Constitución Colombiana de 1991 en relación con las instituciones de gobierno representativo y de sus diversas reformas durante los últimos 30 años. El propósito de este examen es analizar los efectos de la falta de atención que el constitucionalismo colombiano le ha puesto a la democracia, específicamente, para comprender lo que realmente ha sucedido con su reconfiguración y su nueva apariencia. El escrito sostiene que se trata de una democracia que ya no luce como democracia parlamentaria, tal y como fue originalmente pensado por los constituyentes de 1991, sino que desde las reformas subsiguientes ha avanzado a la modalidad de democracia de partidos.