Spanish Abstract: Colombia cuenta con un sistema de subsidios a la demanda final residencial de energía, que toman la forma de tarifas reducidas para ciertos grupos de la sociedad. El sistema actual de subsidios a la demanda de energía funciona primordialmente alrededor del Fondo de Solidaridad para Subsidios y Redistribución de Ingresos (FSSRI), concebido desde la Ley 142 de 1994 como un fondo de subsidios cruzados, donde los usuarios con mayor capacidad de pago subsidian a quienes no la tienen. Entre los principios del sistema tarifario para servicios públicos domiciliarios, establecidos en la mencionada Ley, hay dos de los cuales se deriva la naturaleza de subsidio cruzado del Fondo: el principio de solidaridad y redistribución, y el principio de suficiencia financiera. La focalización actual de los subsidios se basa en el sistema de estratificación: los usuarios en los estratos 1, 2 y 3 son receptores de subsidios de electricidad, mientras que aquellos en estratos residenciales 5, 6, y los usuarios comerciales, realizan contribuciones a través de una sobretasa. En gas natural domiciliario la focalización es similar, excepto que el estrato 3 no es receptor.En la actualidad es claro el FSSRI no cumple con un principio básico de focalización, según el cual los recursos de los subsidios deberían dirigirse a la población de menores ingresos. Con casi 90% de los hogares subsidiados en electricidad y 60% en gas por redes, el sistema carece de una verdadera focalización, y claramente dedica cuantiosos recursos de la Nación a subsidiar hogares que no se encuentran en condición de vulnerabilidad, algunos de los cuales incluso se ubican en el extremo superior de la distribución de ingreso. Más del 40% de los hogares en los estratos 2 y 3 se encuentran por encima de la mediana de ingreso, y más del 60% de los usuarios de energía eléctrica en el Sistema Nacional Interconectado, y del 45% en gas por redes, son receptores de estos subsidios sin encontrarse en situación de pobreza (que en la última década ha alcanzado a menos del 30% de la población). Con incontables necesidades sociales que demandarían recursos del Estado, es fundamental redirigir los recursos que hoy subsidian a una población que no lo necesita hacia usos de mayor retorno social, incluyendo financiar una necesaria expansión del cubrimiento de provisión energética a las poblaciones que hoy no la tienen.El FSSRI tampoco cumple con el principio de solidaridad y redistribución con el cual se creó. La actual estratificación socioeconómica, que concentra la casi totalidad de hogares en los estratos 1, 2 y 3 y menos del 5% de los hogares en estratos que contribuyen, implica que el Fondo es en realidad un subsidio generalizado a hogares por parte de los estratos comerciales, y por recursos de otras fuentes del presupuesto de la nación. Como consecuencia de lo anterior, y de crecientes costos promedio, el FSSRI tampoco cumple con el principio de suficiencia financiera...English Abstract: Colombia has a system of subsidies for final residential energy demand, which take the form of reduced rates for certain groups in society. The current system of subsidies for energy demand works primarily around the Solidarity Fund for Subsidies and Redistribution of Income (FSSRI), conceived since Law 142 of 1994 as a cross-subsidy fund, where users with greater payment capacity subsidize to those who do not have it. Among the principles of the rate system for residential public services, established in the aforementioned Law, there are two of which the nature of the Fund's cross-subsidy is derived: the principle of solidarity and redistribution, and the principle of financial sufficiency. The current targeting of subsidies is based on the stratification system: users in strata 1, 2 and 3 are recipients of electricity subsidies, while those in residential strata 5, 6, and commercial users, make contributions through of a surcharge. In domestic natural gas the targeting is similar, except that stratum 3 is not a recipient.At present, it is clear that the FSSRI does not comply with a basic targeting principle, according to which subsidy resources should be directed to the lower-income population. With almost 90% of households subsidized in electricity and 60% in gas through networks, the system lacks a true targeting, and clearly dedicates considerable resources of the Nation to subsidizing households that are not in a vulnerable condition, some of which they are even at the upper end of the income distribution. More than 40% of households in strata 2 and 3 are above the median income, and more than 60% of the users of electricity in the National Interconnected System, and 45% in gas through networks, are Recipients of these subsidies without being in a situation of poverty (which in the last decade has reached less than 30% of the population). With countless social needs that would demand resources from the State, it is essential to redirect the resources that today subsidize a population that does not need it to uses of greater social return, including financing a necessary expansion of the coverage of energy provision to populations that today do not have it.