La trata de personas con fines de explotación sexual es un flagelo que ataca a los derechos humanos, afectando su normal desarrollo social. Por ende, amerita ser atendido con la mayor diligencia posible. Este artículo busca dar a conocer cómo opera este fenómeno delictivo desde una perspectiva sexual. Para ello, se empieza a definir este hecho como una actividad ilícita, la cual ha sido considerada una compraventa de objeto con fines económicos; pero, en este caso, la connotación de “objeto” ocupa el significado de “ser humano”, en el que pasa a convertirse en una mercancía de valor. (Iellimo, s.f, pág. 95)