En el momento de abordar la competitividad de un país, región o sector, en el contexto mundial actual, se hace relación al comercio internacional dado que los mercados están globalizados y es sabido que la competitividad ha afectado la función que durante décadas tenía el concepto de economías basadas en localización. La ubicación de recursos en diferentes partes de los procesos de producción en el sector agrícola ha permitido un desarrollo tecnológico que ha facilitado en contexto la dinámica entre productores y consumidor final, presentando como resultado una mejor productividad. Las diferentes economías buscan acceder a mejorar la productividad con el fin de subsanar sus falencias y fortalecer su producto interno bruto (PIB), el cual es considerado como el principal indicador al medir el crecimiento de un país o región (Krugman, 2008). Cundinamarca no es la excepción a la hora de desarrollar su competitividad dado el impacto que genera en un sector como el agrario con gran potencial.