En las mujeres, la enfermedad cardiovascular y el cáncer de mama representan respectivamente la primera y la quinta causas de mortalidad, y tienen varios factores en común, como la edad, la dieta, la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo.En el cáncer de mama, el diagnóstico temprano y el tratamiento multimodal han mejorado el pronóstico y la supervivencia a largo plazo.Sin embargo, el cáncer de mama y las terapias utilizadas para su control (quimioterapia y radioterapia) pueden tener un impacto negativo en el sistema cardiovascular y producir alteraciones como disfunción ventricular, arritmias, miocarditis o enfermedad cardiovascular aterosclerótica acelerada.Cobran vital importancia la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la disfunción cardiaca y de otras complicaciones cardiovasculares, ya que para algunas la mortalidad es mayor que la del cáncer de mama.Es fundamental que toda paciente con cáncer de mama que vaya a iniciar tratamiento por oncología sea evaluada en cuanto a sus factores de riesgo para enfermedad cardiovascular.Los marcadores séricos, como la troponina y el péptido natriurético B, junto con el electrocardiograma y el ecocardiograma, pueden ser utilizados para la monitorización y la prevención de la cardiotoxicidad.Se resumen las recomendaciones
Tópico:
Chemotherapy-induced cardiotoxicity and mitigation