Hasta hace poco, la posibilidad que los seres humanos portáramos dispositivos electrónicos en nuestro cuerpo era sólo planteado por la ciencia ficción. Esto ha cambiado con la aparición de los dispositivos insertables, aparatos electrónicos que las personas se introducen para asegurar confidencialidad en información o aumentar el control de acceso a recursos estratégicos. Dado que esta tecnología se encuentra aún en sus estados iniciales de adopción, existen muy pocos estudios que identifiquen los factores que influencian a las personas a aceptar/rechazar este tipo de aparatos.