Este artículo tiene por objeto mostrar una lectura sobre el problema de las emociones, de la interacción entre los abordajes de la filosofía y sus derivaciones y diálogos con otras discipinas. Para tal fin, se toma como punto central la influencia que William James y John Dewey, desde el pragmatimo clásico, han ejercido en los desarrollos contemporáneos como el cognitivismo, así como en aquellos de las ciencias sociales y en la narrativa individual de la experiencia. No obstante, para conectar estos abordajes metodológicamente se parte de la versión aristotélica, la cual da origen a los diferentes enfoques actuales.