La comunicación en el año de la COVID-19 ha sufrido una metamorfosis inesperada. La falta o reducción del contacto directo, físico, en comunidad, la ha transformado, al punto de afectar sobremanera a las relaciones sociales que se han visto metamorfoseadas en su esencia. Las formas comunicativas de la puesta en común han cambiado y se han visto trasladadas a la virtualidad.