La Cirugía Laparoscópica (CL) es una técnica quirúrgica caracterizada por ser mínimamente invasiva, con el fin de resolver el origen quirúrgico causando el menor trauma posible en el paciente, brindando una pronta recuperación y ofreciendo una manipulación de órganos más precisa y cuidadosa.Así mismo, reduce el sangrado, produce mejores resultados estéticos y Disminuye el tiempo de estancia hospitalaria.Dentro de sus usos destaca su capacidad diagnóstica y terapéutica (la cual se puede realizar en un solo tiempo quirúrgico) y su versatilidad, ya que puede adaptarse a distintos procedimientos en distintas cavidades y espacios corporales (craneoencefálica, torácica, abdominopélvica, pared abdominal, entre otras) (1).Aunque esta técnica ofrece una gran cantidad de beneficios, puede llevar a la generación de complicaciones tales como enfisema subcutáneo, neumotórax, síndrome compartimental e incluso el riesgo de conversión a técnica abierta.Varios estudios realizados teniendo como base procedimientos realizados tanto por vía abierta como por laparoscopía, por ejemplo la apendicectomía, refieres que la CL está asociada con una disminución del riesgo de infección del sitio operatorio (OR: 0,37 IC95% 0,32-0,43) y con una disminución de la infección órgano espacio (para cirugías de bajo riesgo -laparoscopia vs laparotomía-0,3 vs 0,4 y para alto riesgo 8,9 vs 12,3) (2,3).Un situación similar se presenta para la colecistectomía, en donde se ha demostrado que la CL reduce la morbimortalidad, el número de días de estancia hospitalaria, procesos neumónicos e infecciones de sitio operatorio (4).