La Falla de Ibagué presenta rasgos contundentes de actividad neotectónica asociados con su trazo, los cuales la definen como una estructura potencialmente productora de grandes sismos. En el campo cercano existen importantes centros poblados del país con cerca de 13 millones de habitantes (Ibagué, Bogotá, Armenia, Pereira y Manizales son los más importantes). Por esta razón, el panorama de la amenaza sísmica asociada a esta estructura es evaluado por medio de una combinación de diferentes técnicas para conocer su verdadero potencial sismogénico. Las disciplinas de la neotectónica, como la morfotectónica y la paleosismología, son imprescindibles para ampliar el tiempo de observación y para determinar el grado de actividad sísmica derivada de una estructura geológica. La morfotectónica estudia las geoformas creadas por las fallas activas, particularmente las fallas sismogénicas; la paleosismología integra estudios geomorfológicos y estratigráficos por medio de la correlación de las geoformas y los procesos de su formación asociadas a las fallas activas y su correspondiente ambiente deposicional (McCalpin, 1996). Con base en la importancia manifiesta de la Falla de Ibagué en el esquema actual de actividad sísmica del país y en la incertidumbre de la evaluación de su potencial, se proyectó un estudio completo de cartografía y caracterización sismotectónica y se programó, en el estado final, la apertura de una trinchera de exploración paleosismológica que permitiera determinar los parámetros sísmicos en una localidad de la falla. Para conocer de forma adecuada el contexto tectónico y sismológico de la estructura, sería necesario abrir otras trincheras a lo largo de la falla. En este trabajo se presentan los resultados de las fases cumplidas para la selección del sitio de trinchera, durante las cuales se obtuvo el conocimiento básico de la geometría y la cinemática de la falla; además, se presenta la metodología y los resultados obtenidos en la apertura de la trinchera en la Falla de Ibagué.