Cuando la cuarta expedicion de la Comision Corografica, liderada por el militar italiano Agustin Codazzi y el intelectual Manuel Ancizar llego con todos los instrumentos de investigacion a mediados del siglo XIX a la region que hoy conocemos con el sonoro nombre de Magdalena Medio, entre Honda (Tolima) y las llanuras del sur de Bolivar, les parecio haberse internado en el escenario tipico de la barbarie o, como Ancizar mismo lo describia, en un “estado indeciso entre la civilizacion y el salvajismo”. Gentes desnudas, calor agobiante, nubes de mosquitos y jejenes, animales acechantes y en general, un paisaje en donde la naturaleza se imponia con fiereza a la vida social de sus habitantes, era para los intelectuales urbanos del siglo XIX, formados en la utopia de la civilizacion, el cuadro completo de la barbarie.