Este artículo aborda la forma en que el sexo oral como práctica sexual, configura el establecimiento de subjetividades y relaciones estratégicas de poder, entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), además de discutir el enganche que el dispositivo de sexualidad con sus cuerpos y placeres tiene para con el alcance de una vida buena por parte de tales sujetos. Concluye que este tipo de práctica sexual, aunque no es una marca distintiva en la dinámica sexual ejecutada por dicho colectivo sociosexual, sí podría configurarse como factor de riesgo para la salud de quienes la practican, cuando no se consideran aspectos de higiene, cuidado de sí mismo y del otro.