El presente estudio se enfoca en la importancia de impartir educación emocional y espiritual desde la primera infancia y destacar su incidencia en el desarrollo integral y la sana convivencia. Siendo la dimensión emocional y la dimensión espiritual parte esencial del ser humano, se encuentra que estas no se incorporan en el currículo, prestando especial interés al desarrollo cognitivo. La investigación se realizó en una institución educativa de carácter público en la ciudad de Barranquilla. Se asumió desde un enfoque cualitativo, fundamentado en el paradigma hermenéutico y diseño etnográfico. La población estuvo constituida por 21 estudiantes de grado transición y la muestra no probabilística la constituyeron nueve niños. La información se obtuvo por medio de la Escala de Valoración Cualitativa del Desarrollo Infantil, ficha de caracterización socio familiar, registros del observador del estudiante, observación participante, entrevista semiestructurada, videos, diario de campo y talleres. Se encontró que, al implementar con los niños prácticas para el desarrollo de la inteligencia emocional y el cultivo de la inteligencia espiritual, se presentó mayor autocontrol, actitudes positivas hacia sí mismo, mejora en procesos comunicativos, interés por cooperar y compartir, mayor capacidad de concentración y escucha y mayor capacidad para comprender los sentimientos de sus compañeritos.
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Educational theories and practices
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FuenteRevista de Ciencias de la Educación Docencia Investigación y Tecnologías de la Información CEDOTIC