Introducción: Se define fistula anal como la comunicación anormal entre el conducto anorrectal y la piel y es un proceso infeccioso crónico que en su fase aguda forma un absceso anal. La mayoría de las fistulas anales tienen un origen criptoglandular. Después de un absceso anorrectal, el 7-40% de los casos evolucionan a una fase crónica manifiesta por fístula anal. Las fístulas se clasifican en simples y complejas. Las simples se definen como trayectos interesfinterianos o transesfinterianos en los que se identifica el orificio interno, por debajo del anillo anorrectal. Metodología: El estudio fue observacional, descriptivo, retrospectivo, con muestreo no probalistico de casos consecutivos en pacientes admitidos al servicio de cirugía general del Hospital Militar Central durante el periodo 2017-2019. La muestra corresponde a 322 fichas de pacientes con enfermedades periorificiales. Resultados: La prevalencia de fistula perianal en el servicio de cirugía del Hospital Militar Central fue del 28% , fue predominante en el sexo masculino en un 78%, la edad comprendida entre los 30 a 40 años fue la más afectada en un 60%. El trayecto fistuloso más frecuente fue el interesfinterico con el 61 %, seguido del trayecto transesfinteriano 26 %, Extraesfinteriano 9 % y por ultimo supraesfinteriano 4%. El 69% de los pacientes presentaron el antecedente de absceso anal. El método diagnóstico más utilizado fue la exploración física con un 79% seguido de la ecografía endoanal con un 13 % y resonancia magnética en un 8 %. La técnica más implementada fue la fistulectomia en un 63%. La tasa de recidiva fue de 9 % todas en fistulas complejas y de incontinencia anal en un 6%. Conclusiones: Las fístulas anorrectales constituyen una patología frecuente en la consulta del cirujano coloproctólogo, con un 28 % de prevalencia en nuestro estudio, siendo así la segunda causa de consulta entre las patologías periorificiales en nuestro servicio, con una complejidad que es mal interpretada en cuanto a su diagnóstico y tratamiento. El objetivo del tratamiento de las fístulas anorrectales no solo es curarla, sino además preservar la función de la continencia anal, minimizar los defectos de la cicatrización, ofreciendo al paciente una recuperación rápida, y evitar la recurrencia.