ImpactU Versión 3.11.2 Última actualización: Interfaz de Usuario: 16/10/2025 Base de Datos: 29/08/2025 Hecho en Colombia
“Mompox : el Síndico Procurador, Francisco de la Bárcena Posada, pide sanción para los desmanes de los bogas, que hacen el tráfico fluvial del Magdalena, de Honda a la nominada villa, tocando en Zaragoza, Cáceres y otros puertos. Años de 1805”
Los bogas eran una grupo de trabajadores ligados a la historia del río Magdalena y sus afluentes. Este río era la arteria fluvial que vinculaba al mundo andino con los puertos del Caribe neogranadino y colombiano, y al mundo exterior con los mercados andinos. Objeto de la literatura, 4 de cuadros de costumbres, de crónicas de viajeros nacionales y extranjeros, de noticias de periódicos y de informes oficiales, tanto del período colonial como del siglo XIX, durante varios siglos el boga fue ese otro, el sujeto-objeto de las primeras relaciones que entablaron funcionarios, intelectuales y miembros de las elites con el mundo y las sociedades fluviales de los ríos y caños que comunicaban al interior andino con los puertos del Caribe neogranadino y a los extranjeros que se movilizaban por esos ríos con destino al interior del país. Y exceptuando a uno que otro viajero (por ejemplo el socialista utópico francés Elysee Reclus) las imágenes que se construyeron sobre sus labores y sus comportamientos para nada favorecen a los bogas, a tal punto, que, hasta hace pocos años, en Barranquilla, principal puerto fluvial sobre el río Magdalena y epicentro de la navegación fluvial (tanto impelida por fuerza humana como por máquinas de vapor), era usual que para calificar a una persona por sus malos hábitos (vocabulario, además, formas en la mesa, etc.) se le dijera, “pareces un boga”. El término fue cayendo en desuso, hasta el punto que el padre Pedro María Revollo no lo incluyó en su diccionario de Costeñismos Colombianos, publicado en 1940.