El contexto de virtualidad en el que la humanidad del siglo XXI vive inmersa, conlleva a que todas las disciplinas, de manera especial el derecho como ciencia social, deba indagar por las emergencias teórico-practicas que se van presentando y que exigen comprensiones de nuevas tensiones y derechos, como quiera que redimensionan la forma en que los individuos y las sociedades se digitalizan cada vez más.