Este artículo parte de la hipótesis que los diferentes aportes teóricos de la obra de Carlos Rincón parten de una preocupación inicial por la lectura. La lectura, en tanto práctica cultural y objeto de teoría literaria, además de permitir un diálogo de muy diversas metodologías es manifestación de una posicionalidad latinoamericana que no se define de manera esencialista, sino como actitud crítica.