Los productos culturales de los países que hacen parte de la organización del Convenio Andrés Bello pertenecen al espacio cultural iberoamericano y se caracterizan por compartir valores simbólicos, estéticos e históricos, producto de un proceso de transculturización ocurrido a lo largo de más de cinco siglos. Un análisis desde la economía de la cultura permite entender que, en la actualidad, los ecosistemas culturales de este grupo de países presentan problemáticas en común, las cuales pueden ser superadas a través de un trabajo de orden regional que permita desarrollar los sectores de manera sostenible y garantizar mejores condiciones de bienestar para los creadores, enriquecer la vida cultural de sus habitantes y hacer de la cultura un factor de innovación social que permita solucionar las problemáticas presentes en los territorios.