El diagnóstico del dolor de cabeza en mujeres embarazadas representa un reto en la práctica clínica diaria. Si bien esta condición fisiológica se ha descrito como un factor de riesgo al momento de considerar etiologías secundarias, es adecuado plantear la utilidad de los criterios ICHD 3 como herramienta útil para diferenciar etiologías primarias de no primarias; esto especialmente cuando las banderas rojas tradicionales están ausentes.