¿En qué consiste el pensamiento científico, como una postura crítica al entorno circundante, como la capacidad de asombro que nos proyecta a la explicación de fenómenos naturales y no tan naturales?, ¿Cómo abordarlo?, ¿Cómo se formula y qué nos conduce a desarrollarlo? Una pregunta desenlaza otra, llevándonos a la conjetura de que el conocimiento llega hasta donde nuestra curiosidad indague.