El artículo pretende una reflexión acerca del reconocimiento como elemento vital para el cuidado de la vida. Más allá de una simple atención y de cubrir una necesidad, el concepto-cuidado- se entiende como emergente del reconocimiento de sí mismo y del Otro, vital para el cohabitar de las personas. Lo anterior, en la premisa que para cuidar necesitamos una conexión verdadera, emocional y afectiva, que dé importancia al Otro. Así las cosas, el texto lleva hacia una reflexión de la vida misma como un soporte vital de cuidado de sí mismo y del Otro. Se realiza la introspección acerca de los términos reconocimiento y cuidado, haciendo un análisis de postulados de autores como Boff, Noddings, Gilligan, Maturana, entre otros. En esta mirada, se requiere ahondar en la perspectiva del cuidado como un modo de ser, como condición inequívoca de que el cuidado no es un acto, sino una actitud, por otra parte, el cuidado como un eje central en la formación del Ser y de la relación de las personas. La tarea de priorizar la manera en que nos relacionamos como eje central del contexto pedagógico sigue siendo un ejercicio ético urgente, posicionarnos desde un cuerpo vivo que reconoce al Otro en su diferencia, será entonces la reflexión que sin ánimos de concluir quede abierta para más diálogos y emergencias de conocimiento en esta área.