El año 2020 pasará a la historia porque gran parte de la población mundial estuvo confinada. Será el año de la pandemia, de un virus surgido en China y que rápidamente se propagó por la mayoría de los países. En diciembre y enero se percibía como un problema lejano, pero en febrero ya azotaba a Europa y en marzo a América. Se dice que es un virus democrático, pues cualquiera pudo ser contagiado, pero la realidad nos muestra que es clasista y hasta racista. Para cuando Johns Hopkins University & Medicine (2020) escribe este texto, de los diez países con más alta tasa de mortalidad por cada cien mil habitantes, solo uno pertenece al primer mundo (Estados Unidos) y seis son latinoamericanos (México, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y Brasil).