El cine, como una representación de lo real, explora la naturaleza humana al permitirse crear a partir de su intrínseca necesidad de emulación, como arte de lo abyecto que expone su capacidad de extrapolación de lo humano. Este artículo reflexiona, así, sobre la pregunta ¿el cine nace de la necesidad de emulación y extrapolación de lo humano? Con ello se problematiza lo abyecto en el séptimo arte como la posibilidad de explorar y abrir fronteras que permitan posicionar la imagen en movimiento como un campo de construcción humana.