En este artículo de investigación se discuten los desafíos que plantean las Bases Curriculares de Artes Visuales en Chile, en tanto renuncian al rol del profesor como hacedor del currículum (Clandinin & Connelly, 1992). De esta manera, el currículum prescrito es desmontado y confrontado con la teoría curricular (Eisner 1988, 2002; Pinar, 2014; Schwab, 1964). Para esto se analizan los contenidos disciplinares y orientaciones didácticas de una unidad de aprendizaje orientada al grabado identificándose ausencia de redes de conceptos articulados con marcos interpretativos. Complementariamente, se recuperan los principios de “continuidad” e “interacción” de Dewey (1973), mediante los que se constata la relación inerte entre mundo propio y entorno cultural. Para enfrentar esta concepción, que a juicio de los autores debilita el área, se propone una orientación guiada por una didáctica crítica que permita expandir la experiencia individual hacia interacciones sociales y culturales que reconozcan la codeterminación de los estudiantes en sus procesos educativos (Klafki, 1986). Consecuentemente, se propone un enfoque decolonial, sustentado en teorías y discusiones recientes (Cabrera Salort, 2017; Gómez, 2019; Santos, 2014), para desplegar una didáctica crítica y fundamentada que habilite una apropiación curricular con miras a mediar y activar el potencial creador y transformador de la educación de las artes visuales.