La visión renovada sobre el Reino de Dios y la Iglesia, dentro del proceso de recepción y apropiación del Concilio, han ocupado un lugar significativo; sin embargo lo que se refiere a la relación con el “mundo”, ha sido un campo bastante polémico, difícil para discernir y con tendencia a permanecer en posiciones polarizadas, antes que conciliatorias. Ese mundo, como lugar concreto donde se hace presente el Reino y en donde se encarna la Iglesia como servidora del mismo, halla hoy su expresión más completa en las grandes ciudades, que junto a un proceso de urbanización de las culturas definen hoy la vida de más de la mitad de los habitantes del planeta tierra.