En lo que sigue me interesa aclarar la hermenéutica analógica señalando el camino que he seguido hasta ella. Se debe al aprecio que aprendí a tener a la noción de analogía, a la doctrina analógica, que recorre la historia, pero que tiene como uno de sus grandes adalides a santo Tomás de Aquino. Él hizo que la analogía fuera la doctrina de la orden dominicana, a la cual perteneció, en contra de los franciscanos escotistas, que fueron univocistas, y en contra de los jesuitas suarecianos, que privilegiaron la analogía de atribución a despecho de la analogía de proporcionalidad, pese a que el Aquinate usaba las dos.