Este artículo expondrá la pérdida de la ingenuidad o evidencia (Maya, 2006) en la novela Tríptico de la infamia, de Pablo Montoya. La evidencia es una noción que permite demostrar que tanto el escritor como los pintores-personajes, cuyas obras visuales favorecen el despliegue de la trama novelar, son seres comunitarios y artistas mediadores, que toman el contenido de sus creaciones con perspectiva crítica a partir de una realidad social, tomando distancia de ella sin imitarla, sino refractándola. Este proceso deja en constancia que las pinturas y la novela están despojadas de la ingenuidad.